martes, 31 de enero de 2017
domingo, 29 de enero de 2017
Microrrelato
Por fin había terminado esa noche, estaba hasta los cojones de estar en esa discoteca, estaba cansado, lo único que quería era irme a casa a descansar, y ese gilipollas no me dejó. Me llevó al palacio cutre del retiro y ahí me obligó a partir la puerta. No podía más con mi cuerpo, mis piernas estaban temblando del cansancio y las lumbares ni te digo... Apareció... me dejó sin habla... tuve que ayudarle a enterrarlo tras el palacio, para que nadie le descubriera, ya que tenía un valor incalculable.
Ese sería el secreto que nos llevaríamos a la tumba.
Ese sería el secreto que nos llevaríamos a la tumba.
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